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Juega y aprende​

Libera su potencial: Fomenta la capacidad de resolución de problemas en la primera infancia con puzles

27 febrero 2024

5 min.

Los rompecabezas son un elemento básico en los juguetes de los niños. Además de ser increíblemente divertidos, son elementos clave a la hora de fomentar las habilidades de resolución de problemas.

Puede que te preguntes si son tan importantes, pero la resolución de problemas es en realidad uno de los aspectos más esenciales del desarrollo de los niños. Aprender a plantear y resolver problemas, tanto en casa como en la escuela, puede afectar a la calidad de las relaciones de un niño con los demás, además de ser la habilidad obvia que le apoyará en su vida a medida que crezca. Y sí, ¡puedes ayudar a mejorar esta habilidad construyendo puzles!

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Etapas de desarrollo de la resolución de problemas

Entonces, ¿cómo es la resolución de problemas a medida que tu hijo crece? Hemos simplificado los conceptos básicos en sus principales etapas de desarrollo y cómo puedes fomentarla con puzles. Recuerda que se trata de una guía y no de un reglamento estricto sobre lo que tu hijo debería estar haciendo a esa edad.

Bebés (0-12 meses):

Prueba y error: Uno de los primeros elementos de la resolución de problemas es el simple tanteo de prueba y error, como dejar caer repetidamente un juguete para ver qué ocurre.

Causa y efecto: También empiezan a entender las relaciones causa-efecto, como pulsar un botón de un juguete para que suene.

En estas primeras etapas, los puzles se limitan a descubrir la causa y el efecto y, a medida que adquieren confianza, los bebés trabajan el reconocimiento de formas y las importantísimas habilidades motoras finas.

Niños pequeños (1-3 años):

Resolución de problemas sencillos: Los niños pequeños empiezan a aprender a resolver problemas básicos, como encajar formas en un clasificador de formas.

Imitación: Veras cómo los niños pequeños aprenden a resolver problemas imitando las acciones de otros, especialmente de adultos o niños mayores.

Experimentación: También pueden empezar a experimentar con distintas formas de resolver un problema, como apilar bloques para construir una torre o apilar libros para construir la misma torre: ambas son torres, sólo que construidas de forma diferente.

En esta etapa intermedia, los niños pequeños pasan de las formas básicas a intrincados patrones y rompecabezas que requieren reconocimiento de patrones, memoria y secuenciación lógica. Si se les observa, puede parecer que están inspeccionando cuidadosamente cada pieza del puzle, las retuercen y las giran mientras muestran una intensa cara de concentración.

Preescolares y posteriores (3-5+ años):

Hacer preguntas: Los preescolares empiezan a hacer preguntas para entender cómo funcionan las cosas, estas molestas preguntas de «por qué» son súper importantes en la resolución de problemas en general.

Soluciones múltiples: Al darse cuenta de que hay más de una manera de resolver un problema, los niños empiezan a explorar diferentes opciones, lo que ayuda a impulsar su creatividad en la resolución de problemas.

Planificación: En esta etapa, los niños empiezan a planificar sus acciones, no de forma tan intrincada como un plan paso a paso, sino más bien como decidir qué pieza del puzle colocar.

Pensamiento lógico: A medida que sus cerebros se desarrollan, los niños empiezan a utilizar el razonamiento lógico para resolver sus problemas, como comprender la secuencia de una historia.

Resolución colaborativa de problemas: Al mejorar sus habilidades de socialización, empiezan a aprender a resolver problemas en grupo, aprendiendo de sus amigos y trabajando de forma colaborativa.

Pensamiento abstracto: El pensamiento abstracto es una forma de pensar más madura, en la que el niño ve su respuesta más allá de las experiencias que ha vivido. Por ejemplo, si un niño coge una pieza pequeña de un puzle, el pensamiento abstracto le ayudará a reconocer que esa pieza debe ir en un hueco pequeño, mientras que un cerebro más joven probaría todos los huecos hasta que la pieza pequeña encaje.

Conclusión

En resumen, los adultos deben proporcionar a los niños rompecabezas y actividades de resolución de problemas adecuados a su edad para favorecer su desarrollo cognitivo. Fomentar la exploración, ofrecer orientación mediante preguntas y permitir que los niños intenten encontrar soluciones de forma independiente son formas eficaces de fomentar estas habilidades esenciales. Los puzles ofrecen algo más que un mero entretenimiento; sirven como valiosas herramientas para fomentar las capacidades cognitivas de forma divertida, promoviendo el aprendizaje continuo y la creatividad en la resolución de problemas, ya que las soluciones creativas suelen resultar superiores a las obvias.