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Interrupción de la rutina: Cómo ayudar a los niños durante las vacaciones 

05 diciembre 2023

6 min.

Con la promesa de días libres en el colegio y el trabajo -y mucho tiempo para jugar-, las fiestas son un momento mágico de alegría y celebración para la mayoría de los niños y niñas, pero también pueden ser una fuente inesperada de estrés, tristeza o ansiedad.  

Durante las vacaciones, las rutinas habituales se ven alteradas y las mentes pequeñas experimentan grandes emociones. Todo esto puede ser difícil de manejar si aún no disponen de los mecanismos y herramientas necesarios para autorregular sus sentimientos.  Aunque no existe un remedio único para evitar los arrebatos emocionales, ciertas estrategias pueden reforzar la resistencia emocional de tu hijo o hija para ayudarle (¡y ayudarte a ti!) a mantener la calma.   Sigue leyendo para obtener más información sobre cómo ayudar a los niños y niñas a pasar unas fiestas sin estrés.  

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Pequeños cuerpos, grandes emociones 

Si tienes hijos e hijas, sabes que no siempre hay villancicos y galletas navideñas durante las fiestas: las divertidas celebraciones familiares pueden convertirse rápidamente en estresantes si los niños y niñas no son capaces de procesar el torbellino de familia, amigos y actividades navideñas, y los sentimientos que las acompañan.

Aunque es normal que los niños y niñas sufran crisis -después de todo, eso forma parte de la paternidad y la maternidad-, las vacaciones pueden ser una época especialmente abrumadora para los niños y niñas pequeños, ya que las emociones se disparan.

Algunas de las emociones que pueden experimentar son…

Emociones felices 

Las vacaciones pueden ser una época alegre para los niños y niñas, ya que experimentan:

  • Emoción  
  • Anticipación 
  • Alegría y felicidad 
  • Asombro
  • Gratitud y unión 

 

Emociones tristes 

Esta época del año también puede desencadenar algunos sentimientos no tan felices, entre ellos:

  • Tristeza y nostalgia 
  • Ansiedad  
  • Impaciencia 
  • Decepción  

Teniendo en cuenta estas emociones, hay varias tácticas que puedes adoptar para garantizar que tu hijo y/o hija sea capaz de autorregular sus emociones durante el ajetreado periodo festivo.

Gestiona sus expectativas 

Para que tu hijo y/o hija tenga éxito en estas fiestas, es importante gestionar sus expectativas. La forma más fácil de hacerlo es preguntándoles qué es importante para ellos estas vacaciones de invierno.

La psicopedagoga Julia Clements dice: «Háblales de lo que más les gusta de las vacaciones. Compartir recuerdos te ayudará a entrar en contacto con lo que hace que el tiempo juntos en familia sea especial«.

Una vez que hayan expresado lo que es importante para ellos -quizá hacer adornos para decorar el árbol u hornear galletas con la abuela o el abuelo-, hazles saber de antemano si sus deseos para ese periodo serán realizables o no.  Si este año la abuela o abuelo no puede venir a Navidad, avísale con antelación y sugiérele una actividad alternativa.

Si gestionas las expectativas de tu hijo ante las fiestas, podrá asimilar mejor lo que le espera y, a su vez, regular mejor sus respuestas emocionales.

Pasar tiempo de calidad juntos  

Para los niños y niñas, las vacaciones de invierno tienen tanto que ver con los recuerdos que crean con sus seres queridos como con los regalos que desenvuelven. Pasar tiempo de calidad juntos durante esta temporada ayuda a fomentar en los niños y niñas un profundo sentimiento de pertenencia y seguridad.

Por eso es muy importante planear actividades divertidas juntos durante las vacaciones de invierno. La forma más fácil de planificar adecuadamente es preguntar a tu hijo y/o hija si tiene alguna actividad en mente.

Puede que ya tengan algunas tradiciones navideñas que les gustaría hacer contigo, como hacer adornos de Navidad o acurrucarse a ver sus películas favoritas.

Si son demasiado pequeños para sugerir ideas, ¿por qué no les presentas actividades que creas que les encantarán y empiezas tus propias tradiciones? El objetivo es crear momentos que importen y recuerdos para toda la vida.

¿Busca inspiración? Echa un vistazo a nuestro blog sobre actividades sin pantalla para hacer juntos este invierno y sigue nuestras redes sociales este mes de diciembre para obtener consejos semanales sobre actividades.

Proporciona un espacio dedicado al tiempo de silencio 

Desde la afluencia de familiares hasta la cacofonía de las fiestas navideñas, estas celebraciones, aunque alegres, pueden llegar a ser abrumadoras. Por eso, disponer de un espacio tranquilo para los niños tiene un valor incalculable.

Aunque pueda parecer contradictorio dejar que los niños y niñas pasen tiempo solos -sobre todo teniendo en cuenta que las fiestas son para pasar tiempo con la familia y los amigos-, es importante que los más pequeños dispongan de un espacio propio en el que puedan relajarse y descansar cuando las cosas empiecen a parecerles un poco abrumadoras.

Al crear un espacio donde los niños y niñas puedan retirarse y descomprimirse, no sólo damos prioridad a su bienestar emocional, sino que reconocemos y comprendemos su necesidad de paz y autorreflexión.

Para terminar... 

Las vacaciones de invierno, aunque alegres y festivas, suelen traer consigo cambios significativos en las rutinas de los niños y niñas, que pueden resultar desorientadores y abrumadores. Es esencial que los padres, madres y cuidadores tomen la iniciativa en esta época del año para garantizar a los más pequeños una experiencia equilibrada y sin estrés.

Si gestionas las expectativas de los niños y niñas con antelación, podrás prepararlos para la avalancha de actividades y ayudarles a adaptarse al cambio de horarios.

Dar prioridad al tiempo de calidad garantiza que, en medio de las prisas navideñas, no se pierda la esencia de la temporada: la unión. Ya sea haciendo manualidades juntos, horneando dulces o simplemente leyendo cuentos, estos momentos compartidos pueden afianzar sus recuerdos navideños.

Por último, reconociendo que a veces la emoción puede ser excesiva, es fundamental proporcionar a los niños y niñas un espacio tranquilo donde retirarse y reponer fuerzas. Este enfoque reflexivo no sólo preserva la magia de las fiestas, sino que también garantiza que nuestros hijos y/o hijas se sientan apoyados, comprendidos y apreciados durante la temporada festiva.