09 octubre 2023
4 min.
Ya sean brillantes y hermosos o sutiles y apagados, los colores tienen un profundo impacto en nuestras emociones, procesos de aprendizaje y creatividad. Los colores envían señales únicas a nuestro cerebro y pueden incluso inducir sensaciones de hambre, tranquilidad o ansiedad.
Durante el desarrollo infantil, pueden amplificar el potencial de aprendizaje del niño o incluso distraerlo, por lo que el uso correcto del color es vital en un entorno de aprendizaje. Siga leyendo para conocer el impacto de los colores en el cerebro en crecimiento de los niños.
Los estudios han demostrado que los colores son algunas de las primeras palabras que captan los niños. No sólo ayudan a los niños a identificar y relacionarse con su entorno, sino que también potencian la retención de la memoria.
De hecho, introducir tonos variados puede ampliar su vocabulario. Por eso, con el tiempo, un bebé aprende a asociar el rojo con las manzanas o el azul con el cielo.
Profundizar en esta comprensión permite a los niños captar gradualmente los significados más amplios asociados a los colores, como el rojo que indica «stop» y el verde que indica «adelante» en los semáforos.
Las investigaciones indican que, en sus primeros meses, los bebés ven principalmente tonos negros, blancos y grises. A los tres meses, los colores primarios más vivos cautivan su atención.
A medida que crecen, introducir paletas de colores variadas puede beneficiar su desarrollo cognitivo. Incluso los juguetes, como un arco de juego de colores, pueden servir para estimular sus sentidos visuales.
A medida que crecen, los niños empiezan a desarrollar sus propias preferencias de color, que pueden ayudarles a formar la base de su autoexpresión creativa.
El entorno que creamos para nuestros hijos es importante, ya que los colores influyen en su estado de ánimo y su percepción general. Los tonos cálidos, como el naranja o el amarillo, tienden a levantar el ánimo, mientras que los fríos, como el azul y el verde, pueden crear ambientes serenos y relajantes.
Las escuelas y las áreas de juego suelen utilizar una mezcla de colores para crear un entorno propicio al aprendizaje. Por ejemplo, el rojo puede aumentar la productividad, mientras que el morado puede estimular la creatividad. Por otra parte, aunque el rojo puede estimular la actividad cerebral, demasiado puede resultar abrumador.
Por eso es importante encontrar el equilibrio adecuado para potenciar el desarrollo de su cerebro a la hora de coordinar los colores con los que los niños interactuarán a diario.
No hace falta que pintes la habitación de tu hijo de tonos vivos o variados para introducirle en el mundo de los colores. Los objetos más pequeños, como los juguetes, pueden ser excelentes medios para introducir los colores a tu hijo.
Los colores vivos y primarios atraen especialmente a los niños. Hape siempre ha dado prioridad a la elección de colores vivos en sus juguetes, garantizando que sean educativos y atractivos.
Por ejemplo, el xilófono Magic Touch, con sus vibrantes teclas, no sólo produce deliciosas melodías, sino que también perfecciona las habilidades motoras y refuerza el reconocimiento de colores y patrones. De manera similar, los ricos colores y el juego abierto de los Maravillosos Bloques de Haya mantienen a los niños comprometidos y emocionados durante el tiempo de juego.
Y cuando se trata de números, el rompecabezas matemático Chunky Number fusiona el color con el aprendizaje, haciendo que el proceso sea más intuitivo y divertido.
Independientemente de dónde o cómo decida incorporar los colores a la vida de su hijo, ya sea a través de los juguetes con los que juega o la ropa que lleva, puede influir positivamente en su estado de ánimo y su desarrollo.
Los colores desempeñan un papel fundamental a la hora de influir en las emociones, percepciones y recuerdos durante esos primeros años fundacionales de la infancia. Los matices que los niños encuentran a diario contribuyen a moldear su comprensión, su creatividad y su conexión con el entorno y la comprensión del mundo que les rodea.
Reconocer la importancia del color en el desarrollo infantil nos permite crear entornos en los que los colores alimentan la curiosidad, fomentan el aprendizaje y crean recuerdos duraderos. Como padres y educadores, comprender y aprovechar el poder del color se convierte en una tarea enriquecedora, que construye un futuro más brillante y colorido para nuestros hijos.